Historia verdadera: Jeremy B.
Last Updated: Wednesday December 1, 2021
Escrito por Jeremy B.
Crecí en Nueva Jersey, con un montón de chicos punk rock que pasaban el tiempo en patineta y yendo a ver espectáculos en Filadelfia. Fumábamos yerba, bebíamos muchísimo, nos metíamos en peleas y perseguíamos a todas las muchachitas punk rock. Yo empecé a hacer arte, a tocar música y me involucré fuertemente en ese ambiente. Conforme fui experimentando con diferentes drogas con mis amigos y compañeros de banda, mi interés poco a poco se fue desviando de la creatividad y de pasarla bien a centrarme en nada más que ver qué tan “pasado” podía ponerme en una noche. No tenía idea del tipo de fuego con el que estaba jugando; realmente pensaba que yo sólo era un chico que la estaba pasando bien.
Pero en un momento crucé una línea muy grave. Estaba tomando drogas fuertes, como la heroína, y había perdido por completo el contacto con el chico apasionado y desenvuelto que había sido años atrás. No volví a tomar la guitarra, no regresé a la patineta, no me importaba nada. Una noche, al regresar a casa de una fiesta, “pasado” como siempre, me desmayé en el suelo de mi habitación. Cuando desperté, mi abuela estaba revisando mis cosas y encontró mis agujas y unas bolsas de droga. La mirada de horror en su cara (una mujer que se había esforzado tanto por darme una buena vida) es algo que nunca olvidaré.
Me enviaron a un centro de rehabilitación en Florida llamado Recovery Unplugged. Me dijeron que tenían un programa basado en la música y el arte, y que yo podría pasarla muy bien y mejorar. Nunca había ido a rehabilitación, ni siquiera había estado limpio, así que me imaginé que una rehabilitación de drogas en Florida basada en la música sería mejor que cualquier cosa que pudiera encontrar cerca de casa. Me enviaron a desintoxicación y después fuimos en coche a Recovery Unplugged, sin idea de qué podría esperar. Honestamente, yo pensé que todo eso era una broma. Pero después de estar ahí unas semanas, descubrí que me estaba conectando con los demás, que disfrutaba escuchar música e incluso volví a tocar la guitarra. Estaba muy sorprendido por los sentimientos que vivía, que me parecían tan ajenos en ese tiempo.
Después de salir de Recovery Unplugged, empecé a asistir regularmente a las sesiones de Narcóticos Anónimos, encontré a un padrino y acepté todas las sugerencias que escuché cuando llegué por primera vez al programa. Eso fue hace casi un año. He podido conservar el mismo empleo todo este tiempo y empecé a tocar música en cafeterías en el sur de Florida. Estoy muy agradecido por esos eventos de mi vida y por la gente que me ha apoyado a lo largo de este camino.
Me sentí inspirado a narrar mi historia; después de haberme sentido un extraño mi vida entera, finalmente puedo conectarme y relacionarme con gente en recuperación, al igual que otros que han contado su historia en este sitio Web. Yo sólo quería decir que estoy muy agradecido y que soy feliz y libre.