Taylor Hooton, 17, esteroides
Last Updated: Wednesday December 1, 2021
Taylor Hooton era el lanzador estrella del equipo de béisbol de su secundaria, un atractivo adolescente que tenía todo a su favor, hasta que los esteroides lo atraparon y él mismo se quitó la vida.
A sus padres les tomó un poco de tiempo relacionar el reciente aumento de peso y de músculos en Taylor con sus inusuales cambios de humor y su conducta violenta e irritada. Al igual que la mayoría de los padres, no sabían que esos y otros síntomas, como el acné que le había salido en la espalda, eran señales de que estaba tomando esteroides. Siempre había sido un buen hijo, un magnífico atleta y se las arreglaba muy bien en la vida. Quería entrar en el equipo seleccionado de béisbol de su escuela y le habían recomendado los esteroides como forma rápida de volverse musculoso.
Al principio, sus padres no sabían lo que estaba ocurriendo pero estaban alarmados. Llevaron a Taylor al médico familiar y le pidieron que le hiciera un examen, sin saber que los esteroides no eran parte del panel de exámenes. Recibió su certificado limpio de salud pero las cosas siguieron empeorando. Aunque había estado tomando un cóctel de esteroides y otras hormonas para ganar volumen, las drogas le causaban estragos en su cuerpo y sus emociones. En uno de sus ataques de furia, cada vez más frecuentes, le dijo a su madre que iba a tomar un cuchillo para matarse él mismo. Sus padres insistieron en que fuera con un psiquiatra.
Después de muchas sesiones con el psiquiatra, mencionó que tomaba esteroides. Parte de su tratamiento fue hablar con sus padres de su problema y él prometió dejar de tomarlos. Posteriormente, robó una cámara digital y una computadora portátil y toda su familia lo confrontó por su conducta inaceptable. Quedó castigado en casa. Después de disculparse entre lágrimas, le rogó a su madre que le levantara el castigo, pero le dijo que no. Entonces Taylor fue a su recámara y se ahorcó. Fue sólo después de su muerte cuando a la familia y los amigos de Taylor les quedó clara toda la historia.
La policía y el padre de Taylor encontraron los esteroides y las jeringas en su habitación; el médico forense los encontró en su cuerpo, aun cuando había dejado de tomarlos hacía tiempo. Lo que los padres y Taylor mismo no comprendieron plenamente era la profunda depresión que hace presa de quienes dejan de tomar de golpe esteroides.